Tango Sensei

El tango los juntó y ellos nos deleitaron con esas afortunadas combinaciones que le dieron armonía, color, calor y calidad a nuestra música. Fueron tantos los binomios exitosos que no nos alcanzarían varios programas para exponerlos a la consideración de ustedes, pero por algo hay que empezar, por eso le dedicamos un par de emisiones a aquellos intérpretes consagrados, que al unirse alguna vez, nos dejaron estas joyas musicales para compartir y disfrutar entre amigos, como ustedes y nosotros, que establecimos este vínculo tanguero!

El tango nació sin letras, por lo tanto sus primeros acordes cautivadores se escucharon nacer de una flauta y alguna viola garufera y vibradora que le hacía mover las tabas a un par de hombres que se animaron a bailarlo, en una esquina porteña de aquel Buenos Aires, a principios del siglo pasado y ante el aliento de otros compañeros de la barra esquinera. Por eso, la esencia de nuestra música está en la armonía perfecta de sus instrumentos y quienes la interpretan. Este programa le hace honor a esas orquestas que quedaron grabadas, en los discos y en nuestros sentimientos. Hemos preparado una cuidadosa selección de tangos inolvidables en mano de los mejores maestros que hicieron grande a esta música rioplatense que sigue haciéndonos vibrar como el primer día.

Un sanjuanino que tenía voz de Tango por los cuatro costados, registro de barítono que endulzaba las letras cuando le imprimía su sello inconfundible. Quizás la fama no le hizo la justicia debida, pero es recordado y colocado en la galería de nuestros grandes cantores ‘de aquel entonces’ donde abundaban las grandes voces. Su resonancia más fuerte fue con Di Sarli, aunque nos deleitó después en su desfile por varias orquestas; Laurenz, Salgán, Maderna, Rotundo, Trípodi, Pontier y Pepe Basso ilustraron su canto acompañándolo y dejando varias grabaciones de impacto en aquella época, que hoy seguimos disfrutando como ayer. Tango Sensei rinde honor a quien honor merece, dedicando el programa de hoy a la voz y presencia incomparable de Don Jorge Durán.

Voz de barrio, afinado, cálido y firme en su fraseo apasionado, empezó como muchos lo hacían, cantando en el laburo –con otro pibe llamado Casal-, cuando los dejaban. Fue acumulando años de afición al tango y demostrando que su garganta estaba para algo más que ‘cantar en entrecasa’. Alguien lo descubrió y de ahí en adelante empezaron los triunfos como parte de su exitosa carrera, desfilando por algunas orquestas que lo requerían, hasta que el maestro de Bahía Blanca lo consagró definitivamente para bien de nuestra música. Hoy seguimos disfrutando de su garganta privilegiada a través de las grabaciones que Tango Sensei pone a su consideración, como homenaje a este extraordinario cantor.

Cada semana hacemos este placentero recorrido de la historia del Tango y sus figuras. Aquellas destacadas personalidades que le aportaron talento e inspiración a nuestra música. Fueron tantas, que a veces uno puede pecar de olvido con alguna de ellas. Sin embargo, en Tango Sensei tratamos de no dejar ninguna de estas estrellas de lado, aunque sumen miles. Hoy es el turno de un extraordinario músico argentino, con una trayectoria impresionante, que imprimió para la posteridad, su sello distintivo de calidad en el Tango, hoy es el turno del maestro Roberto Pansera.

Son muchos y muy famosos, los tangos que nos hablan del vino, del champagne o algún licor, generalmente unidos por un desencanto, una traición o un abandono. Las curdas provocadas por al alcohol siempre fueron acompañadas de letras memorables y poesía adormecida que nos transportan a un mundo de tibiezas emocionales y reacciones melancólicas, unas veces llenas de amargura y otras, con letras muy inspiradas que dejaron huellas imborrables en nuestra música. Nuestro programa de hoy está dedicado a todos aquellos tangos exitosos que tuvieron en su contenido poético alguna poderosa razón para hablarle al alcohol.

Seducía con su voz y su presencia, el flaco sabía que donde se presentaba el éxito estaba asegurado, sus admiradores lo seguían con la seguridad de que él se entregaba en cada tango, en cada actuación. Su mejor momento lo vivió con Pugliese, casi una década con el maestro, le dieron la solvencia y fama que lo acompañó hasta el final de sus días. Como buen cantor, también grabó acompañado con guitarras demostrando que el estilo característico nunca se pierde cuando el talento se trae en la sangre y en el sentimiento. Una carrera exitosa que no terminó bien, por lo menos con la justicia plena requerida por un ídolo de nuestra música ciudadana”. Hoy Tango Sensei reconoce con este programa, a esta señera e impactante figura del Tango.

Mate y tango, tango y mate; parecen inseparables. En cada cebada una inspirada estrofa tanguera que fueron conformando nuestra música rioplatense, desde aquel primer "siempre llevo bizcochitos pa’ tomar con matecitos", hasta el "cebame un par de mates, Catalina". El mate nos acompañó siempre a la hora tanguera. Gardel era su gran cultor, lo tomaba y lo compartía, fue el primer publicista de nuestra bebida fuera de nuestras fronteras. Muchos fueron los tangos y milongas que lo nombraron, quedando registradas esas letras memorables, donde en cada rinconcito aparecía el mate y su cálida presencia, con su compañía, con el Río de la Plata uniéndonos, con el sur del continente a cuestas. Hoy, Tango Sensei "pone la pava al fuego", sacude el mate y le rinde homenaje a nuestra infusión nacional.

Tenía “voz de barrio”, de empedrado, de asfalto profundo. Había nacido para el Tango. Aprendió a cantar escuchando a Gardel y llevó serenatas por todas las esquinas, ‘caminando a pie’ las provincias, dejando su talento a cada paso. Un día profesionalizó su carrera y fue en el Buenos Aires que lo vio nacer donde empezó a proyectarse con éxito, con justicia, porque su garganta y simpatía le habían marcado el destino tanguero. Cantó con buenas orquestas y también acompañado con guitarras famosas, donde destacó de igual manera. Fue el último cantor de Pichuco y hoy, todavía suena fresco, alegre y entrador, hecho a la medida para nuestra música.

Resulta fácil para nosotros elaborar un episodio como este, cuando alguien "laburó por uno". Esta selección de Tangos del Sur que hoy presentamos, guardan el equilibrio, variedad y buen gusto que sólo un conocedor "a fondo" de nuestra música pudo lograr. Desfilan para ustedes las buenas voces que acompañaron magníficas orquestas que hoy se oyen con la frescura y calidad de antaño. Preparémonos para oír este cuidadoso y conmovedor compendio de tangazos! Cada uno de ellos tendrá una historia que compartiremos juntos.

Temperamento y personalidad que empataban con su potente garganta de barítono. Destacó durante cuarenta años de carrera, como un cantor de Tangos solista de estilo inconfundible. Algunas buenas películas de aquel entonces contaron con su voz y su presencia. Gardel lo escuchó cantar y le vaticinó un futuro promisorio. Pichuco lo catalogaba como ‘el mejor cantante después del zorzal…casi nada! Sus grabaciones todavía suenan actuales, conmueven y son un deleite para los que disfrutamos de las buenas voces.

Creador de un estilo interpretativo que le dio al bandoneón las bases de su definitiva fisonomía musical y temperamental. Estudioso de Conservatorio, maestro y músico ejemplar, compositor exitoso. Su llegada dividió en dos la historia de este instrumento, por un lado incluyendo las primitivas formas de los mejores y por el otro, poniéndole nuevas técnicas y toques emocionales gigantescos que refrescaron sabiamente aquel momento del Tango. Integró buenas orquestas que requerían de su talento, además izo dúo con Pedro Laurenz, grabando varios temas para la Víctor, o sea, siempre estuvo emparentado con los grandes. Dejó muchos temas que hoy siguen siendo éxitos en las milongas y perduran en nuestra música como testigo patente de aquellos tangos que se componían con el talento por delante, más destreza y corazón afinados.

A veces nos preguntamos ¿qué hubiese sido del Tango sin personalidades nacidas para la música como él? ¿Cuánto nos hubiésemos perdido si este pianista y compositor excepcional no hubiera aparecido?. ¿Quién le hubiese puesto ese talento infinito y esa delicadeza al ritmo rioplatense?. Pero la suerte, que es loca, jugó a favor de nuestros espíritus tangueros y apareció él, imprimiendo su obra bajo la influencia de la música europea, con lo formal de la romanza francesa y el temperamento vigoroso de la música italiana. La inventiva y el buen gusto ‘eran de casa’, rica en espíritu creativo y poderosa en recordación. Nos dejó un caudal inagotable de Tangos que parecían hechos a la medida de cada oído, de cada interpretación instrumental o cantada, porque por algo los mejores poetas querían ponerle buena letra a lo que él hacía, quizás para adelantarse al éxito seguro que los perpetuara en el tiempo. Nuestro programa de hoy se engalana con los temas de Don Juan Carlos Cobián.

Voz grave y melodiosa. Cantor recio e imagen de malevo. Su figura y exitosa trayectoria en nuestra música, lo ubicaron como un cantante de barrio que sacudía al tango en cada interpretación. Pasó por orquestas connotadas como la de Pepe Basso y el maestro Pugliese. Siguió como solista demostrándonos que con otros acompañamientos no tan famosos, “podía con el paquete”, sabía demostrar al público que sus condiciones estaban intactas y su madurez enriquecida. Seguía dejando parte de su vida en cada tango, se posesionaba hasta las lágrimas en cada letra, se entregaba con cada melodía. Hoy extrañamos su presencia, sus erres arrastradas, su firmeza en el canto, en esa voz que sigue sonando con polenta a través del tiempo.

Actriz, con calidad de buena cantante, firmeza en la voz delicada y temperamento interpretativo como pocas lo lograron en nuestra música, marcando un nuevo estilo. Transita una trayectoria llena de éxito y su presencia aún hace vibrar auditorios sedientos de buenos tangos y de voces como la suya, que siguen ocupando muchos lugares en el espacio tanguero rioplatense. Llevó el tango a Francia y ahí se ganó a un público tan cálido como difícil, que le sabe exigir a los cantantes, pero también recompensarlos. Recibió la Legión de Honor del gobierno francés y fue galardonada como Ciudadana ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En pocas palabras, estamos hablando de una figura señera del tango, la llamamos LA TANA RINALDI.

Músico desde la cuna, buen violinista y extraordinario arreglista. Supo dirigir sus propias orquestas, acompañó a numerosos cantores de buenas voces, formó varios conjuntos exitosos y siempre trató de jerarquizar el tango, poniéndole su sello de calidad en cada nota. Él opinaba que el Tango moderno no era de su agrado, creía en el Tango simple y sencillo, sin embargo era un creyente de las orquestas modernas, esas que no se conformaban con tocar repetidamente lo mismo, monótonas y carentes de impulso creativo. Buscó modernizar nuestra música desde otro ángulo, descubriendo nuevos timbres y un progreso derivado de la misma orquestación sin perder esencia musical ni origen tanguero.

Para nuestro disfrute las voces del Tango nunca se terminan. Fueron tantos los buenos cantores con que contó nuestra música rioplatense, que se vuelve un número infinito en el universo tanguero. La garganta de hoy no es la excepción y estamos ante una personalidad que admiraba mucha gente, por su exquisito fraseo de barítono dulce. El propio Polaco Goyeneche, con toda su autoridad en el tema, lo mencionaba como uno de los mejores cantantes de la época. También fue compositor, músico completo. El Payita, cantó con grandes orquestas y dejó su voz impresa, para que muchos años después, sigamos disfrutando de su talento.

Quizás su nombre no signifique demasiado para muchos tangueros de los más jóvenes, pero si hablamos de un músico director, compositor y violinista excepcional, agregando que fue él quien dejó ‘a media luz’ al tango para darle, paradójicamente, más brillo y luminosidad a nuestra música, a partir de una melodía popular muy exitosa que sigue dando vueltas por el mundo. Estamos hablando de toda institución tanguera, que además acompañó a las mejores voces de nuestra música en su época más brillante.

Segunda entrega de este esperado homenaje al maravilloso y prolífico creador de hits del tango, a quien Gardel le grabara innumerables composiciones. Querido, admirado y censurado, paseó la metáfora de su pluma por lo mejor de la historia de nuestra música ciudadana. Disfrútenlo.

Concibió el Tango con llamativo dramatismo y originalidad creadora, hizo de sus letras verdaderas vibraciones líricas de payador, dándole a su pluma calidades de modernismos para plasmar con colorido acento de bardo popular, la notas de barrio, de relato áspero, trazando ambientes de almas con rigor de inventario reo. Enraizado por sensibilidad y temperamento, a la ya popular corriente lunfardezca de aquel entonces. Puso a sus versos sensaciones nuevas que transitaron del consejo a la protesta, de la reflexión a la rebeldía. Dejó piezas inolvidables, entre tangos, milongas y poemas que siguen sonando fuerte en el universo tanguero de hoy, fue prolífico e innovador de su época. Alguien dijo de él, que era una suerte de “Martín Fierro del asfalto”.